A continuación, los relatos ganadores de la III edición del Concurso de Relatos contra el Racismo y la Xenofobia para jóvenes.
Ganadora:
Alexandra Andrea Radu Selea - Coslada - 15 años
Relato:
La otra noche soñé...
"La otra noche soñé... que éramos invitados a la boda de nuestro amigo J.C. ... mi madre (una guapa rumana que vive en España desde hace muchos años)... su pareja (un español un poquito cascarrabias)... y yo, que nací en España hace algo más de quince años.
Hablo rumano, aunque hay veces que me expreso como un viejo caballero castellano.
Yo estaba especialmente ilusionada. Nunca había asistido a una boda. Además, esta boda era muy particular. No solo porque nuestro amigo había encontrado a su alma gemela en Argentina, sino porque era otro hombre. Una persona especialmente buena tenía que ser para conseguir la admiración de J.C.
La boda se celebraba en un pueblecito, en medio del campo, jusnto a la sierra. Otra cosa curiosa era que los novios no querían ni regalos, ni dinero. Tan solo que cada uno preparáramos algo típico de cada región o país, para compartirlo entre todos. Tampoco había que ir de punta en blanco. A poder ser con ropa cómoda y zapatillas. No les importaban los regalos. El regalo para ellos era poder compartir con todos sus amigos un día especial.
Se llenaron más de dos autobuses...
Parejas Mixas de españoles y extranjeros, gente de distintos países, gente bien situada, gente en el paro, sin trabajo, un grupo de discapacitados mentales y físicos, a los que ayudaba cualquier invitado a la boda, sin importar quién.
Un grupo de amigos sin aún saberlo.
A la boda llegó gente de muchos pueblso y ciudades de toda España y Argentina. Algunos cruzaron el océano para poder llegar.
También había parejas gays de ambos sexos.
Allí nadie conocía la palabra xenofobia, ni homofobia, ni racismo...
Los discapacitados eran uno más, sin que nadie se extrañara, ni les miraran diferente.
Bebimos, reímos, charlamos unos con otros, como si nos conociéramos desde siempre. Intercambiamos culturas y carcajadas.
Lloramos juntos durante la ceremonia.
La mayoría tenemos algo que agradecer al amigo J.C., que tiene seis gatos en su casa (uno de ellos discapacitado) recogidos de la calle. Que su casa (como diría el cascarrabias) parece la fonda del sopapo. Por allí ha pasado gente de varias nacionalidades, religiones y colores sin que él pidiera nada a cambio.
Después compartimos viandas todos juntos: embutidos, quesos y jamón extremeño, varios tipos de albóndigas, sarmale (comida típica rumana), empanadillas argentinas, bebidas de todas las clases, couscous, dulces de todos los colores y sabores...
Luego cantamos y bailamos todos juntos al son de una pequeña orquesta, como un puñado de viejos amigos, hasta bien entrada la noche.
Nadie miraba la ropa o la cara de los demás. Solo los corazones unidos por uno solo. Nuestro amigo J.C.
Qué bonito sería que ese sentimiento se transportara a las calles de pueblos y ciudades de todo el mundo.
Que nadie juzgara a los demás por su aspecto, color, nacionalidad, religión, sexo, inteligencia, capacidad, posición social o condición sexual.
Que solamente viéramos el corazón y el alma de las personas.
Gracias amigo por un día tan especial que nunca olvidaré. Ahora no sé si un día tan especial pudo ocurrir de verdad...
¿O fue un sueño?"
Accésit:
Juan Ramón Maura - Madrid- 11 años
Relato:
El concurso de historias
"Desde hace una semana, hay un chico nuevo en clase. Es alto, moreno y por lo que se ve le gusta vestir de chánda. Se siena en la última fila y no habla con nadie. Cuando vamos al patio, él se queda solo en el callejón y se come lo se haya llevado, vamos lo de siempre, mandarina. Hoy en la clase de lengua castellana, Flora la profesora, dijo:
-¿ A quién le gustaría participar en un concurso de relatos cortos? El último día para entregarlo es el 25 de Diciembre de 2016. Tiene ser de un mínimo de 3 hojas, DINA-4 y la letra tiene ser Times New Roman a
tamaño 12.
Brandon levantó su mano con una gran sonrisa y dijo:” ¡ Yo quiero Flora!”
De repente se oyó una gran risa, y el estúpido de Gonzalo dijo:
- Pero si no sabe hablar, como va a saber escribir. Y que va a escribir del pueblucho del que viene. Si no sabe hablar de su pueblo, ni de nada, cómo va a escribir. ¡Es imposible! No le caes bien a nadie, le vas a caer bien a un juez. ¡Es completamente imposible!
- Sal de la clase, a jefatura, hasta que aprendas que todos somos iguales, estemos donde estemos, hablemos el idioma que hablemos! No te acuerdas de la charla que os dió Jorge el año pasado sobre esto... ¡Fuera! -gritó el maestro muy enfadado.
Todo el mundo estaba impactado, especialmente cuando Brandon se puso de pie y comenzó a contar cómo había llegado a Madrid, como era su pueblo,lo feliz que era allí, lo mucho de menos que echaba a sus amigos.
-Siempre he sido un buen estudiante, mis amigos eran geniales-dijo Brandon
Poco a poco sus compañeros se dieron cuenta de que era uno más como ellos, y lo tontos que habían sido al no haber intentado hablar con él o ser amigos suyos, porque era más fácil ignorarlo. Todos sus compañeros, incluida la profesora, se pusieron al lado suyo y empezaron a preguntarle numerosas cosas. Todos pensaron que sería la mejor clase de la historia.
De repente, Jaime dijo:
-¿Brandon, qué te parece si hoy en el recreo jugamos al escondite todos juntos?
A Brandon le encantó la idea, y justo cuando terminaron sonó el timbre que indicaba que empezaba el patio, y comenzaba la diversión.
El caso es al final de clase que todos salieron riendo y encantados de haber conocido mejor a Brandon. Gonzalo se quedó sin habla al ver que estaban todos saliendo con él y riendo.
-No sabes lo que te has perdido, es un gran tipo, un fenómeno- dijo Thomas
-Tienes que darle una oportunidad, añadió Arturo
-Perdóname, he sido un bruto. Si quieres, puedo ayudarte a escribir la historia del concurso-dijo Gonzalo arrepentido
- Claro amigo. Podremos hacer muchísimas cosas juntos. Entre los dos, vamos a ganar- respondió Brandon muy alegre
Y no vais a creer como terminó la historia, no ganó el concurso, pero recibieron una mención honorífica, por parte del colegio, y una placa muy bonita que colgó el director en el estante de los trofeos. Aunque el mejor
premio fue, que se convirtieron en amigos inseparables. Fue para ellos dos un día inolvidable. El mejor día de su vida."
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Estos premios se entregaron hoy, 17 de diciembre, dentro de la jornada
Interculturas: la Fiesta de la Solidaridad, organizada por
OBATALÁ y celebrada en el
Centro Cívico el Cerro de Coslada.
